Trazando con el corazón.
Pocos ilustradores chilenos tienen hoy tanta fuerza expresiva en sus trazos como Pablo de La Fuente, más conocido como Gráfika DiabloRojo (ver su colección). Dialogante con las líneas más tradicionales de la ilustración americana de raíz popular, su arte pareciera ser la actualización de un lenguaje muy nuestro: en él habitan los bailes chinos, los carteles de Vicente Larrea, el teatro, el pueblo indígena, y también la ciudad, sus texturas y sus dolores. Las anatomías de su dibujo son propias de un expresionista latinoamericano, que por medio de la exageración de la forma y las proporciones busca empatizar con el dramatismo de la vida cotidiana. Sus personajes son de sentimientos muy intensos, reflejos de una historia y una realidad tan diversa como la Chile.
¿Cómo describirías tu trabajo?
Me pienso principalmente como un artista latinoamericano, por sobre todas las cosas. Soy un artista de este territorio que trata de representar el "corpus" latino no desde el folclor típico, sino desde la anatomía del cuerpo, que al igual que la tierra está marcada por duros surcos. Me ubico como artista dentro del sentir social.
¿Por qué haces arte?
¿Cuáles son tus mayores búsquedas cómo creador, cuáles son tus procesos?
En tu opinión, ¿Cuáles son hasta ahora las obras o proyectos más relevantes o queridos en los que has participado?
¿Cuál es tu visión del estado del arte hoy?
Es bien complejo, para mí el rollo del arte está marcado por lo que el mercado del arte dicta, qué es lo que está bueno, que es lo que amerita estar en las galerías y en el mainstream, que es lo que provoca, etc. Y para mí en ese estado del arte, del mercado del arte hegemónico no me siento muy representado, no es el lugar que me interesa habitar además. El mundo necesita un arte que nos refleje, que nos haga sentir y nos conmueva.
¿Qué arte necesita el mundo que nos toca habitar?
No creo que exista un "arte" así como en mayúscula, necesitamos muchos artes, tantas formas de arte como personas hay en este planeta. Necesitamos un arte que no sea cínico, que no evada el sentir humano por afán intelectual o por choreza. Creo que todo arte que refleje algún sentir es un arte necesario, necesitamos arte que nos toque el alma para poder entender nuestros procesos internos.